Era mi primera experiencia en Nuestras Huellas, así que todo estaba por descubrir. En el viaje hacia San Miguel, Luli, (Lucila Decoud, Responsable de Desarrollo Territorial) histórica en la organización y con plena vocación y pasión por el trabajo que hace, me cuenta cómo es la organización y el trabajo que llevan a cabo con las personas en los barrios: “Los Bancos (Comunales) son transformadores” me dice.
Llegamos a la casa en donde se hacía la reunión, ya empezada, nos recibe la anfitriona Gisela, saludamos, y la reunión sigue su ritmo, ágil, dinámico y siempre teniendo como centro de debate a “Ambición de proyecto” (Nombre que tiene el Banco Comunal). Cada integrante tiene un rol asignado, hacen cuentas, una y otra vez, trabajan en equipo, se asesoran entre ellos para mejorar sus emprendimientos. Griselda, Maru, Gisela, Rosa, Emiliana y Juan Carlos (fueron los presentes, pero son más integrantes) comparten risas, mates, galletitas, y algo fresco para tomar, y además un momento muy fructífero, en el que se llevan consejos, apuntes y opciones para mejorar sus proyectos.
Concluye la reunión y vamos a la casa de Juan Carlos para hacer una entrevista. Juan Carlos tiene una pequeña historia dentro de los Bancos Comunales: tuvo una primera etapa, cuando se acercó por invitación de una vecina que le dijo: “Si te gusta quedate y si no, no pasa nada”. A él le surgió el interés de ir: “Fui a dos o tres reuniones, a escuchar, y me gustó. Tal así, que cuando se armó el círculo de la nueva comisión, yo entré a trabajar en Cuentas Internas”. Esta primera etapa concluiría en noviembre de 2015, y se fue porque “quería dejar de trabajar e ir a vivir con mi hijo a General Rodríguez”. Ese deseo no se llegó a concretar, y luego de un tiempo volvió al Banco Comunal.
En la segunda y actual etapa, Juan Carlos volvió “Porque me estaba yendo bien en el negocio y me faltaba más dinero para seguir subsistiendo”, en referencia al negocio y su crecimiento. Luego Juan Carlos me cuenta cómo fue la vuelta a Ambición de Progreso: “Hablé con una de las coordinadoras», que le dijo: ‘entrá’. No lo pensó y decidió volver para mejorar su emprendimiento “Así que le di para adelante, y aquí estoy.” (Sonríe al recordar).
Él me cuenta qué significa, en su vida, el Banco: “El Banco Comunal es como una persona que, si vos no le fallas, no te puede fallar nunca”. Y concluye, “para mí es una gran ayuda, para cualquiera, no solo para mí.”
Juan Carlos sueña con tener su local más lleno y seguir progresando con las pizzas y milanesas, que solicitan desde muchos puntos de San Miguel. En cuanto al banquito desea: “Ojalá que siempre se siga agrandando.” Y en cuanto a su barrio, “siempre quiero lo mejor.” Recuerda las fiestas en su Chaco natal que eran multitudinarias, también de los “buenos vecinos” que tiene, y de su solidaridad cuando se acerca gente “piden pan y yo les doy”.
La entrevista termina, y Juan Carlos me muestra su local. Me sorprende lo ordenado que está y la cantidad de mercadería, y variedad con la que cuenta. Muy gentilmente me acompaña hasta la casa de Emiliana y nos despedimos. Me queda la sinceridad que mantuvo en la entrevista y también sus maneras de ser: bueno, solidario y un genuino emprendedor.
>> Por Fabián Lucas Solano Balderrama, Colaborador Voluntario.
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