Sandra Bittancourt: El trabajo de emprender y proyectar a futuro

Sandra Bittancourt: El trabajo de emprender y proyectar a futuro

Jul 13, 2016 | Bancos comunales, barrios, Formación, Historias Emprendedoras

A las 10 de la mañana Sandra nos espera en su local de Barrio Mitre, en San Miguel. Su marido nos recibe y nos hace pasar a su casa “para que estemos más cómodos”. Mate en mano y con una gran sonrisa entre nervios y ansiedad, cuenta cómo comenzó a participar del Banco Comunal «El Nuevo Progreso».

«Yo empecé por mi cuñada, ella tenía un grupo ya armado y me comentó más o menos cómo funcionaba. Yo ya había empezado a vender alimento balanceado y desodorante suelto acá en mi casa; me llamaban y atendía. Mientras, una amiga me insistía en que ponga un local. En ese momento a mi marido lo despidieron del trabajo. Cobró una plata y me dijo: “pongamos un local”. Y así empezamos, con uno chiquitito de 4×4 que construimos nosotros en nuestro patio.»

Sandra describe cómo era su casa y su patio, muestra cuál es la primera construcción y cuáles son las ampliaciones que pudieron ir haciendo con el tiempo. El local en el que comenzó vendiendo productos de limpieza y alimento para perros, hoy tiene la variedad de una gran tienda.

¿En qué te ayudo formar parte del Banco Comunal?
Entré más de un año después de abrir el local. Ahí fue cuando pude poner bazar, plásticos, escobillones, revistas de productos, collares de perros y ahora hay de todo un poco. Cada vez que se puede renuevo. Desde que entré no pare de crecer. A mí el Banco me sirve, me da un empujón enorme, cuando traigo cosas nuevas viene más gente. Además, tengo mi latita al lado de la caja y todos los días pongo algo de dinero, entonces después no lo siento y me es fácil llegar a los pagos.

Cuenta que el último tiempo las cosas están más difíciles, a veces tiene 2 0 3 clientes en toda la mañana. Pero este local es muy importante para ella porque aunque trabaje más de diez horas por día, sabe –y está orgullosa- de que es lo que les va a dejar a sus hijos. La dedicación que pone en su emprendimiento y en que este prospere se expresa en su esfuerzo;

«Yo ahora voy a comprar mercadería cada 15 días, pero antes iba 2 veces por semana. Me saca mucho tiempo y yo quiero tener abierto durante todo el día. Mi marido había hecho un carrito e íbamos con eso, pero ahora ya nos cansamos mucho entonces tomamos un remis, que hay que pagar pero vamos menos veces y compro más cantidad. Compro los artículos de limpieza en un lugar de la zona, lo que es bazar en liniers y en once todo lo que es regalería.»

¿Qué les dirías a otros emprendedores o personas que aún no se animan a crear un emprendimiento?
Los que quieran emprender tienen que tener paciencia, mucha, e ir probando. Yo les decía a las chicas cuando arrancamos que se fijen que si algo no les va tienen que probar con otra cosa. Que vayan cambiando o agregando productos, no todo sale bien desde el principio. Cuando ves qué es lo que va bien, te armas tu clientela y ahí avanzas. También podes ir creciendo, por ejemplo yo el verano pasado me pude comprar el freezer para poder vender también bebidas y helados.

Como buena emprendedora, Sandra también hace souvenirs y cotillón por encargo. La mesa en la que charlamos está llena de dibujos en cartunila y figuras de yeso. En la pared, una vitrina exhibe todas sus creaciones como trofeos.

¿Qué soñás a futuro para tu emprendimiento?

A futuro tengo ganas de ponerme un cotillón. La gente me conoce y me vienen a pedir centros de mesa o adornos de torta. Todo lo que es manualidades me encanta. Cuando hay cumpleaños en la familia soy yo la que hace todo. Mi nieto tiene un mes y ya estoy pensando en organizarle el primer añito. Lo del banquito que me ayudó a hacer crecer el local también permite que con lo que puedo guardar de las ganancias me vaya comprando material para esto, y ya reservo para cuando tengo encargos.

> Por Catalina Casares, Colaboradora voluntaria.

> Más fotos del emprendimiento de Sandra en nuestro álbum

Conocé más