«Con cada ciclo del banquito veo el crecimiento. Siempre estoy aprendiendo»

«Con cada ciclo del banquito veo el crecimiento. Siempre estoy aprendiendo»

Oct 25, 2016 | Bancos comunales, barrios, Formación, Historias Emprendedoras

Enrique Marín, conocido por todos como “Pepe”, es un emprendedor y dueño de un pequeño restaurante en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas.
Su trayectoria como emprendedor comenzó cuando aprendió a elaborar pan y fue mejorando en el oficio gracias a sus ganas de hacer y la colaboración de personas que le enseñaron.
Con orgullo, Pepe señala: “desde que empecé a hacer pan, nunca me faltó el trabajo. Todo lo que hago a la gente le gusta”.
Hace un año abrió su propio restaurante: “Lo de Pepe”, frente a la municipalidad de Malvinas, donde -junto a su hermano y su hijo- elabora y vende empanadas, panes, guisos, tartas y gaseosas.
Los días de semana hace envíos de almuerzos para algunos de los empleados de la Municipalidad. Si bien los clientes todavía son pocos, el próximo paso es hacer volantes y envíos de muestras gratis para promocionar sus comidas entre los más de 400 trabajadores del municipio.
Frente al negocio hay un parque que se “llena” los fines de semana y constituye otra oportunidad para vender gaseosas, hielo, empanadas y agua caliente para el mate.
Las jornadas laborales de Pepe son largas, llega al negocio a las 6 de la mañana y se va a las 7 de la tarde, sin embargo no cambiaría su trabajo por nada del mundo.

El camino de Pepe se cruzó con el de Nuestras Huellas hace 10 años, cuando él elaboraba pan y estaba buscando el apoyo de alguna institución que le permitiera tener un negocio de comidas que fuera rentable y sostenible.
Los primero créditos los utilizó para comprar ingredientes para hacer pan. Compró harina, grasa y fruta para tener stock de mercadería. Con el tiempo los montos de los préstamos fueron creciendo, al igual que su negocio.
«Nuestras Huellas me ayudó mucho, no sólo como motor económico para mi emprendimiento, sino que las personas del equipo me enseñaron y capacitaron sobre mis gastos. Antes no sabía lo que ganaba con cada producto que vendía, lo hacía al tun-tun, ahora sé el costo real de las comidas que preparo y cuánto gano”, relata.

Pepe es parte del Banco Comunal «Confiando en Él»,  y colabora cobrando la cuenta interna. “Tenemos un muy lindo grupo, muy activo, cumplidores todos. Nos reunimos cada 15 días, pagamos nuestra cuota y damos crédito a personas del barrio que necesitan. Son préstamos solidarios, no se dan con la intención de hacer negocio, sino de poder ayudar a un emprendedor que necesita el dinero”, relata.
Para Pepe la riqueza del banquito reside en la capacidad para abrirle la mente a animarse a hacer y aprender. Y señala que, más allá de pedir un préstamo, el proceso es puro aprendizaje: “Uno va escalando, con cada ciclo veo un crecimiento. Siempre estoy aprendiendo”.

>> Por Belén Filgueira Risso, Colaboradora Voluntaria.

> Más fotos del emprendimiento de Pepe en nuestro álbum

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